Ruth Milena Giuliani de Salcedo
“Mi
vida es mi familia”
“Era imposible dejar de voltear cuando Ruth Milena pasaba
por el lado”, esta frase se hace constante al mencionar su nombre entre
personajes contemporáneos con ella… “era una mujer bellísima” y aunque el
tiempo ha pasado y ha dejado su huella se conserva en ella un elegante porte,
una mirada carismática, una sonrisa pulcra y perfecta y su cabello ahora del
color del tiempo con sus canas que la distinguen y todo eso, la convierte en
una hermosa señora de 75 años.
Ruth Milena Giuliani, es la quinta hija de Roberto
Giuliani y Ana Jacinta Guevara, crece junto con sus seis hermanos y sus padres
en calle Libertad, su padre…don Roberto fue un reconocido barbero de Carúpano
junto con su hermano Augusto, quienes montaron una barbería frente el mercado
viejo,… “eran muy conocidos, todos los hombres del pueblo se cortaban y
afeitaban donde papá”. Doña Ana, dedicada a su hogar, labor común para esa
época, fue la encargada de darle forma a sus hijos, de inculcarle valores y
principios y de fomentar entre todos la unión familiar… “mamá era una mujer
fuerte, de temple y papá tenía un carácter bello, era apacible y muy jocoso”.
Era evidente, una pareja que se complementaba entre sí, capaces de demostrarle
a los suyos el valor del esfuerzo y aplaudir la capacidad de soñar sin dejar de
sonreír.
“Tuve
una infancia bella, era tranquila y muy alegre”
Don Roberto era político, asunto que lo obligaba
necesariamente a tener cierta cultura del mundo, leyendo se logra conocer la
vida, y fue entonces cuando la niña Ruth, motivada por su padre comienza a
incursionar en el ámbito de la literatura clásica, le encantaba leer más aun
cuando las obras venían recomendadas por su padre.
-Estudié hasta sexto grado en la Escuela Manuel María
Urbaneja y para estudiar bachillerato me inscribieron en el Liceo Simón
Rodríguez, allí llegué hasta tercer año.
En ese momento su hermana Francisca “Paquita” Giuliani,
quien vivía en Caracas, presiona e impulsa a Ruth para que se vaya a la capital
y comience a estudiar, las ofertas de estudios eran costosas y complicadas,
pero consiguió entrar en la Escuela Nacional de Telecomunicaciones, donde el
único requisito era haber aprobado tercer año. Allí aprende y se especializa en
código morse, en radiogramas y otras destrezas que para el momento eran tan
novedosas y necesarias para establecer vínculos lejanos.
Al llegar a Caracas, se hospeda con su hermana, vivían en
Casalta… pero al poco tiempo la señora Francisca decide mudarse al 23 de enero.
Ella, “Paquita”, quien también goza de ser carupanera, se convirtió en esa
populosa localidad del municipio Libertador en la Comandante Paquita, luchadora
revolucionaria y quien combatió en la época de la resistencia armada en los
años 60. Pero el amor por sus ideales y la lucha imperante para el momento le
complica criar a sus tres hijas, Bellita, Beatriz y Nora… Ruth como tía de las
niñas, ya graduada y con cierta experiencia profesional (Centro Simón Bolívar,
Torre de Control de Maiquetía y en la Guardia Costera en Arrecife), decide
regresar a su tierra natal… Carúpano, pero en compañía de tres niñas de las
cuales junto con su madre Ana Jacinta se encargarían de su crianza.
Al llegar a Carúpano, consiguió empleo en el Ministerio
de Telecomunicaciones donde funcionaba el correo, la radio y el telégrafo.
Luego se le presentó una gran oportunidad, el ministro de Comunicaciones para
el momento le ofreció el cargo de Receptora de Radio en Tío Pedro, y para allá
se fue a trabajar, era la encargada de sintonizar las emisoras que mandaban
mensajes con código morse.
Mientras trabajaba en los oficios propios de su profesión,
colaboraba en la crianza de sus sobrinas y en la manutención del hogar, se
inscribe en un curso de aviación no comercial… “el curso no lo terminé pero
sabía despegar y tocar”. Y hasta practicó tiro al blanco en el Polígono de Tiro
que quedaba hacia las afuera de Carúpano.
Cómo conoció el doctor Hernán Salcedo?
-Cuando trabajaba en Tío Pedro, su hermana menor siempre
me decía que me iba a presentar a su hermano porque ella quería que yo me
casara con él y me lo presentó, Hernán era un hombre muy inteligente y me
conquistó pasito a pasito, me llamaba siempre, me recomendaba libros y a los
tres meses nos casamos.
Con la edad de 22 años la bella joven y profesional Ruth
Milena contrae matrimonio con el médico pediatra Hernán Salcedo de 33 años, él
veía en ella una princesa, capaz de ser la madre sus hijos y su compañera de
vida…y así fue.
-Cuando nos casamos me hizo prometerle que al tener mi
primer hijo yo dejaría de trabajar, y yo no quería eso, estaba clara que todavía
tenía responsabilidades con mi familia, sobre todo con mis sobrinas.
Como recién casados y con el sueño de ser padres, pasaron
momentos fuertes, tuvieron una perdida y se sometieron a muchos exámenes
posteriores dada la dificultad de concebir un bebé, tan difícil y complicado se
fue tornando el asunto de ser padres, que en cierto momento consintieron la
idea de la adopción.
-Ya eso lo habíamos hablado y habíamos quedado en
comenzar los trámites para la adopción, pero antes de formalizarlo, fuimos de visita
a un hacienda en nueva Colombia, donde había un rio hermoso y yo me lanzaba de
las piedras… inocente de todo. Pero a partir de allí, Hernán comenzó a ver en
mi cambio de humor y de temperamento y me pidió que me hiciera una prueba de
orina y salió positiva…estaba embarazada.
En virtud de las complicaciones que ya habían tenido, y
con el conocimiento que tenía el señor Hernán como doctor, se comunican
inmediatamente con su amigo gineco-obstetra el doctor Salvador Navarrete, quien
tras un viaje a Caracas confirma un embarazo con ocho semanas de gestación,
finalmente después de mucho reposo y cuidados…nace su primera hija: Ruth
Milena. Y casi al año, el segundo Hernán Alejandro y Faina Sol su última hija.
La dedicación a su familia y a su hogar fue absoluta,
dejó de trabajar y sus sueños cambiaron de rumbo, su única prioridad eran sus
hijos y su marido. Durante casi medio siglo la pareja conformada por Ruth y Hernán
permanecieron juntos, tal como reza la iglesia…hasta que la muerte los separe.
Hace cuatro años el pediatra de la mayoría de los carupaneros murió y con su
muerte se marca una nueva etapa en la vida de su viuda.
Qué significó el doctor Hernán Salcedo para usted?
-Hernán era mi luz, mi todo. Yo me entregué a él y con su
ida lo perdí todo… era un caballero… un hombre que me amó.
Recordar es la única manera de detener el tiempo. Y la
señora Ruth Milena nada en recuerdos, se zambulle en momentos, en dolores, en
alegrías, en penas, llantos y risas. Su mirada se humedece de nostalgia y su
sonrisa se quiebra intentando ser la misma. Su vida se ha recreado en torno a
grandes pérdidas, no solo la de su esposo, sino otros familiares y seres
queridos que definitivamente para ella, eran imprescindibles.
Pero es que dentro de esa estampa elegante y estoica existe
una señora sensible y accesible… donde en su vida ya no hay secretos y asume
sus verdades con una increíble entereza. Dedicó su vida a su familia, quizás
respondiendo a los estándares antiguos, pero es, hoy por hoy, una mujer de
pensamiento progresista, cree y aplaude la voluntad femenina y en la necesidad
imperiosa de ser feliz y vivir en tranquilidad.
-Después que murió mi marido, mis hijos han tratado de
suplir la ausencia de su padre… y de verdad que me lo han logrado, ellos ahora
son mi gran apoyo y yo soy el de ellos.
Cómo son sus hijos?
-Ruth Milena, es explosiva y directa pero tiene un
corazón noble. Hernán Alejandro, es tranquilo, trabajador, muy cariñoso,
correcto…. Se parece a su papá. Faina Sol, es tranquila, llevadera, excelente
estudiante… mis hijos son mi gran orgullo y mis nietos también.
“Mis
cuatro nietos son mi vida”
-Ser abuela es algo grandioso, ellos son mis amores,
Alberto Marcel, Michelle Andrea, Luigi Francesco y Federico Antonio.
En virtud de su dedicación por sus hijos, Ruth Milena
era, cuando sus muchachos estaban estudiando, una representante activa y
presente, su casa estaba siempre llena de ellos y no había actividad que se
inventara que ella no apoyara. Esta iniciativa la llevó a ser parte de la Junta
Directiva del Ateneo de Carúpano… miembro fundadora de la Coral Graciela Lárez
de López y posteriormente del Museo Histórico, pues su pasión por la cultura,
el arte y la lectura se fueron materializando poco a poco en instituciones que
han sido bandera para el desarrollo cultural y conservación de la memoria del
carupanero.
“Sin
cultura, no hay vida, no hay nada”
Y Carúpano, que es en su vida?
-Yo adoro a mi pueblo, he viajado y viajado y sigo
adorando a mi pueblo. Pero ahorita le
falta amor…hay que colaborar para tener al pueblo bonito.
Tiene algún sueño?
Con la mirada taciturna y después de un largo silencio.
-Mi vida son mis
hijos y mi único sueño es que el día que yo falte… no les haga falta nada.
Conversar con Ruth Milena, fue un encuentro pleno, grato
y lleno de emociones, que sabroso es encontrarse con personajes que palabra
tras palabra y gesto tras gesto, confirmen que la vida hay que vivirla, que no
hay que detenerse en detalles minúsculos y que lo más lindo de estar vivo son
las lecciones y sus experiencias. Es sin lugar a dudas una carupanera que creyó
y aun lucha por su proyecto de vida: su familia.