Personaje: Guida Moya

Diciembre 2012

La profesora Guida Moya de Méndez

Una güireña que cría plantas y adora el arte

Guida Moya de Méndez a sus 83 años, conserva su mirada soñadora, la sonrisa jovial, sus ganas de conversar y el amor por las plantas, la mitad de su vida se la ha dedicado a la docencia, al trabajo comunitario y al arte, y todo lo que tiene, lo ha logrado a fuerza de paciencia.

El encuentro se dio en su casa, un lugar lleno de historia y de colores, con olor a fruta madura y a flores silvestres, sus rincones de madera le dan un toque cálido y familiar, provoca instalarse a sacarle la historia a cada espacio,…el personaje de hoy se parece a su hogar.

Juan Moya, su padre, era un carupanero que por querer mejorar su condición de vida emigra a la población de Güiria de Costa y es allá, donde conoce a Petra Goite, con quien engendra dos hijos Oswaldo y Guida, mas sin embargo, convivieron en sus andanzas con 9 hermanos más, que provenían de su descendencia paterna.

La infancia y parte de la adolescencia de Guida, transcurre en periodos de tiempos entre Güiria y Carúpano. El señor Juan, era chofer de plaza y en 1945, por trasladar a unos amigos afectos al gobierno del General Isaías Medina Angarita desde la capital de municipio Valdez hasta una playa, para colaborar en su huida, fue considerado un personaje contrarevolucionario y a cada rato lo buscaban para apresarlo. Esa situación generó que la familia Moya Goite se trasladara a Carúpano, donde continuó con su oficio y se hizo miembro de la línea Colón.

Que recuerda de su estadía en Güiria de la Costa?

-Recuerdo varias cosas, en Güiria había espacios y momentos para la juventud, se hacia el picnic, era una costumbre trinitaria, organizada por los padres de los jóvenes, íbamos o a la playa o al campo, cocinábamos y jugábamos y se prestaba el momento para que si algún joven tenía un talento especial lo demostrara, a veces se recitaba poesía o se cantaba. Anualmente se hacia la fiesta de traje largo, organizada también por nuestros padres, se sorteaban las parejas y el muchacho tenía que ir a buscar a la joven hasta la puerta de su casa e irse juntos hasta el salón que quedaba en la calle Concepción donde los esperaba una fiesta a todo dar… hasta con orquesta. Los vecinos se volcaban a la calle a ver quien buscaba a quien y a admirar los vestidos y trajes, que aunque la mayoría teníamos una situación económicamente precaria, todos nos esmerábamos en hacer un traje bien bonito. Era una iniciativa que enseñaba a los adolescentes el comportamiento en sociedad. Recuerdo también que cuando yo vivía allá, se fundó el primer periódico dirigido por jóvenes, se llamaba Ecos de Güiria, había un jurado que premiaba las mejores letras de los adolescentes, yo no gané pero escribí en la primera edición, recuerdo que fue sobre la juventud.

“En Güiria, había un conglomerado de personas, muy unificadas en su criterio, que le hacían la vida bonita a los adolescentes”

Entre Güiria y Carúpano, Guida del Valle formaliza sus estudios en la Escuela Santa Eduvigis, en la Santa Rosa de Lima y culmina en el Liceo Manuel Isava, a los 16 años, cuando se traslada a Caracas a casa de unos familiares, también oriundos de Güiria, la familia Rauseo; recibía de sus padres 5 bs mensuales y no podían mandarles más, pues entendió que debía estudiar una carrera que la sustentara, aunque su verdadero sueño era ser bailarina de ballet clásico y se la pasaba bailando de puntillas, se inscribió en el Underwood Gregg Comercial College de donde salió con la certificación de Secretariado Comercial e Inglés, consiguió su primer empleo como secretaria en la firma jurídica Horn & Branger. Después de 3 años se traslada a Carúpano por petición de sus padres.

Como fue su estadía en Caracas?

-Yo la disfruté mucho, como vivía con los Rauseo, ellos me hicieron la vida feliz, sobretodo Josefa la hija de la señora Dulita, que nunca perdió su condición de niña, me llevaba a los conciertos, vi a Libertad La Marque en el Teatro Ávila, fui a los grandes espectáculos de ballet clásico, salíamos de una función del cine y nos metíamos en otra.

El rostro de Guida Moya, al evocar su pasado, se torna lejano y ausente, enmudece como para recordar completo…para que no falte nada, sus ojos grandes y profundos se llenan de lágrimas que no terminan de aflorar… hasta que con la templanza de una mujer de 83 años y varios suspiros bien cargados de emotividad, continua su relato.

Al llegar a Carúpano comienza a trabajar, en la firma comercial Robles Sucesores ubicada en la calle Independencia, por 4 años aproximadamente; posteriormente se emplea en la Prefectura del Distrito Bermúdez, en forma simultánea acepta dar clases de taquigrafía en el turno nocturno en el Liceo Tavera Acosta. Luego el Ministerio de Educación incluye las Áreas de Exploración y Orientación, diseñadas para ensenar facetas de la vida que a veces el hogar descuidaba y es a través de esta iniciativa que Guida deja su vida como secretaria y se dedica a dar clases en el turno diurno en el mismo instituto. Posteriormente se incluyen las materias comerciales de Taquigrafía, Mecanografía y Contabilidad y es cuando imparte clases en casi todos los liceos de Carúpano.

Se enamora trabajando de secretaria en la Prefectura, allí conoce a quien en vida fuera Jesús Méndez Moreno, quien para ese entonces era secretario de esa misma dependencia y posteriormente se hace Juez de San José. Contraen matrimonio y tienen 4 hijos. Janize, a la que un día, un gran amigo de la familia el señor Enrique Ortiz, la definió como la capital de la alegría, Lisett es la pasión por el arte hecha mujer, Adelarai es muy solidaria y amiga de todos y Jesús Alberto…era un amor porque se parecía a su padre. Tiene 4 nietos y su gran preocupación como abuela es tenerles algo que ofrecer cuando la visitan.

Cómo era su esposo?

-Era polifacético, le gustaban las plantas, leía mucho, era muy culto y tenía un gran don de gente…era famoso porque hacia sancochos muy sabrosos, era amiguero y muy afectuoso.

Como asumió la ausencia de su hijo?

-Fue un dolor indescriptible, entendí que era algo irremediable que me tocaba vivir. No sé si es una virtud o un defecto, pero he aprendido a aceptar las situaciones de la vida, no las celebro, pero…ya las acepto.

Entre suspiros y medias sonrisas la profesora Guida sigue refugiándose en largos silencios y como para explicarlos, dijo: casi no saco esas cuentas para no recrearme en el dolor.

“Cuando he tenido situaciones terribles, digo: tengo que salir de esto”

Cuál es el fruto más importante de su transitar por la docencia?

-Lo estoy sintiendo ahora, me he encontrado con muchos alumnos y ellos me dicen lo que aprendieron de mí, lo que les ensené y lo importante que soy…me siento consentida, y les digo, si tú me encuentras otra vez, salúdame porque a lo mejor a mí se me olvida.

“Los encuentros en la calle, para mí… son una fiesta”

Como llega a ser ateneísta?

-Hace casi 50 años, en Carúpano existía una efervescencia cultural, y la mayoría de los grupos e iniciativas se reunían en el Salón de Lectura, producto de esa efervescencia se fueron uniendo voluntades para la constitución del Ateneo de Carúpano, antes de su inauguración nos reunimos durante 2 o 3 años para conocer los estatutos de la federación y los lineamientos de trabajo, entre ellos recuerdo a Rosa de Bethermyt, Pedro Luis Regnault, Reinaldo Hernández, Agustín Rafael Millán, María Luisa de Ortiz, Ruth Milena de Salcedo y Luis Mariano Rivera.

Cuando Carúpano se dispone a celebrar su tercer centenario de su fundación, en forma de obsequio recibió dinero de otros estados y ese dinero se destinó para la elaboración de ateneo, para aquel entonces, la única y primera institución cultural legalmente constituida en Carúpano. En ese espacio se le dio valor y especial cabida al talento local y regional, siendo lugar oportuno de presentaciones importantísimas de renombre nacional e internacional. Hoy el Ateneo de Carúpano de llama Ateneo Luis Mariano Rivera y su sala teatro lleva el nombre de nuestro personaje en honor a su labor y abnegación cultural.

La profesora Guida Moya, desde su fundación funge como Vice-Presidenta del Ateneo y pudo perfectamente combinar y administrar su tiempo entre su labor docente que ejercía por hora y su función de gerente cultural.

Que significó el Ateneo de Carúpano en su vida?

-El Ateneo es parte de mi vida, en él encontré la manera de relacionar el trabajo comunitario y el arte.

Guida y su familia viven en la misma casa desde hace 50 años, en ella se ha dedicado a cultivar un jardín magnífico, lleno de flores, de colores, de olores y de historias, se ha convertido en diseñadora de su propio sueño, no escatima en imaginarse una matita sembrada en su jardín y busca la semilla o el hijo y la siembra, según ella las cría, les habla, las regaña y hasta las premia…es un jardín digno de pasearse por él.

De dónde viene la pasión por las plantas?

-Del pequeño jardín que tenía mi mamá y del amor a las plantas que sentía Méndez, él hizo que me enamorara de las matas, mi jardín es mi entretenimiento, para mi ellas son mi deleite.

“Yo no he sido ambiciosa, lo que siempre he querido era un espacio para poner plantas”

Que disfruta?

-Disfruto de hacer proyectos de vida, de lo que me queda por vivir, ahorita mi proyecto es hacer en mi casa un jardín colgante, y apoyar así sea con mi presencia el trabajo cultural. También disfruto de las amistades, estoy feliz por los amigos que tengo y la única de forma de conservarlas es a través del recuerdo.

Esta mujer crecida en años, refleja la ilusión de la juventud, la constancia del adulto y la sabiduría de una vida forjada en luchas y en sueños plasmados en realidades trascendentes.