Febrero 2013
Frank Jiménez… entrenador de fútbol, auxiliar de
laboratorio y visitador médico
No hay nada más
sabroso que cantar un GOL!
Frank Alberto Jiménez tiene 56 años y 34 años de su
vida dedicados a entrenar fútbol a niños y jóvenes carupaneros en el Centro
Árabe Venezolano, nació en Carúpano y es hijo de Rigoberto Monasterio y
Mercedes Jiménez, es el penúltimo de doce hermanos, siete de de mama y papa y cinco
solo de padre.
Frank es un hombre con mirada clara, sus ojos se
confunden con el mar, sumamente blanco, pero bronceado por pasar mucho tiempo
en el campo de fútbol expuesto al sol, es disciplinado y de carácter fuerte,
pero siempre sonriente y sus alumnos ya lo ven como a un padre.
El encuentro se dio en el campo de fútbol, con un
verdor asombroso, y lleno de niños y jóvenes, calentando y practicando el
deporte que ha tomado un gran auge, no solo en el mundo sino en Venezuela y
Carúpano no se escapa de esta realidad, cada vez son más los noveles talentos
que ingresan a la escuela de fútbol dirigida por Frank Jiménez.
Su infancia transcurre en un hogar numeroso, donde lo
más importante era el valor al estudio, asunto infundado por su padre, empleado del Ministerio de Obras Públicas
(MOP), y quien falleció hace 6 años de un infarto al recibir la noticia que el
candidato Hugo Chávez había sido reelecto para la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, pues el señor Rigoberto había sido fundador y miembro
activo del partido Acción Democrática.
Por otra parte su madre, la señora Mercedes, dedicada
al hogar y a la atención de siete hijos y de su marido, pasaba mucho tiempo
llamándole la atención a Frank, ya que en recurrentes ocasiones descuidaba sus
estudios por practicar deporte, era como un vicio que cada día le provocaba
hacer mas y mas deporte.
Que deportes practicaba siendo tan niño?
-Yo le metía a todo, todos los deportes me gustaban,
practicaba béisbol, vóleibol y fútbol. Desde chiquito entendí que podía practicar
la disciplina que quisiera pero nunca podía abandonar mis estudios, a veces me
quería quedar jugando pero tenía claro que mi responsabilidad era estudiar y
eso, cada vez que puedo se lo transmito a los muchachos que entreno en el club.
A los 12 años comienza formalmente a entrenar fútbol,
en ese momento descubrió que esa disciplina era su pasión, y logró combinar
perfectamente el deporte con los estudios.
Frank y su familia, no tenían buena posición
económica, razón por la cual el valor al estudio era importantísimo, cursó su
primaria en la Escuela Pedro Elías Aristiguieta, hasta tercer año de
Bachillerato en el Liceo Tavera Acosta y salió egresado como bachiller en
ciencias, como la mayoría de los jóvenes de Carúpano, del Liceo Simón
Rodríguez.
Recuerda que de niño era tímido, y al practicar tanto
deporte, esa condición fue desapareciendo porque necesariamente tenía que
relacionarse bastante, su aspecto físico lo ayudó mucho, ya en la adolescencia
consideraba que era un pavo, y quizás
los ojos azul cielo del entrenador dejaba postraba a mas de una muchacha.
Que hizo al tener en su mano el título de bachiller?
-Me fui a Caracas a perseguir mi sueño, ser médico,
comencé a estudiar la carrera pero por limitaciones económicas no pude
continuarla, y me puse a hacer un curso de auxiliar de laboratorio y luego hice
el de visitador médico, no estaba estudiando para ser médico pero con estos
cursos me acerqué a mi sueño. Tenía que trabajar y no podía dedicarme nada mas
a mis estudios, vivía en casa de una hermana y me emplee en la fábrica de
calzado Tigre Shop en la avenida Victoria desde las 7 de la mañana hasta la 1
de la tarde y de allí salía corriendo para la Academia Senperco porque entraba
a clases a esa misma hora hasta la noche.
Frank vivió en Caracas durante siete años, y durante
ese tiempo tuvo que abandonar la actividad deportiva, por esa razón y ya con
una profesión se regresa a su tierra natal, sabía que una vez en Carúpano
podría retomar su verdadera pasión,…el fútbol.
Al llegar a Carúpano, encontró trabajo como auxiliar
de laboratorio en el Hospital Santos Aníbal Dominicci, estando a cargo de la
señora Aparicia Rivas, después de dos años es trasladado al Hospital de El
Pilar y allí continua trabajando, con 38 años de servicio en sanidad, se niega
a la posibilidad de jubilarse, así que va una hora diaria a trabajar en el
laboratorio.
Y no solo inició su vida laboral aplicando los
conocimientos adquiridos en la ciudad capital sino que también, comenzó a jugar
para el Roraima Futbol Club y su entrenador era Pedro Guada, quien lo recomendó
ante la comunidad árabe como entrenador de fútbol, para que formara la escuela
en su centro social.
Desde 1979, Frank Jiménez es el entrenador de la
escuela de fútbol del Centro Árabe Venezolano, calcula que por ese campo han
pasado más de un millón de niños y jóvenes, no solo dedica su tiempo a formar
equipos masculinos, las féminas también tienen su cabida en el duro
entrenamiento de la disciplina.
“El fútbol es mi
vida”
Que es lo más difícil de ser en entrenador?
-Hoy en día, en la escuela hay 110 muchachos
inscritos, entre niños y jóvenes, varones y hembras, lo más difícil es aprender
a llevarlos, porque cada uno tiene su carácter y su forma de ser.
Que es lo que más disfruta siendo entrenador?
-Todo lo disfruto, sobretodo explicarle a los
muchachos las técnicas y el significado del fútbol, tienen que entender que el fútbol es un deporte integral que les da desarrollo físico y mental, que
implica mucha disciplina, por eso soy muy exigente y estricto.
El esfuerzo y dedicación de Frank, no solo se ve a
diario en el comportamiento y en las actitudes de sus alumnos, sino también en
el desempeño de muchos que hoy en día están jugando en clubes a nivel nacional
e incluso internacionalmente. Tal es el caso de doce ex alumnos (6 masculinos y
6 femeninas) que están distribuidos en los estados: Aragua, Distrito Federal,
Anzoátegui y Guárico.
“El fútbol, más
que un deporte es un estilo de vida”
Y como está el amor en la vida de Frank?
-El amor muy bien, tengo 34 años con mi esposa y ella
es mi gran apoyo, me animó a trabajar y aunque me pelea mucho mi dedicación al fútbol, ya tuvo que aceptarlo. A veces me manda a que me vaya a vivir con mis
balones.
Frank comparte su vida con la señora Luzmila Mercedes
Rojas de Jiménez y con ella tuvo tres hermosas hijas, Milevis, Evelyn y Oriana;
tiene una última hija Francelis fuera de su unión matrimonial y las cuatro
poseen el carácter del padre…según él, de carácter fuerte.
“Lo más grande
que me ha dado Dios, son mis hijas”
Tiene nietos?
-Si claro, tengo 5 nietos, ellos son mis segundos
hijos, con ellos soy un abuelo demasiado consentidor.
Frank cuenta que con frecuencia llega al Centro Árabe
Venezolano alrededor de la una de la tarde y se sienta debajo de las matas, a
la sombra, a admirar el campo, a pensar en el talento de sus estudiantes y a
planificar las estrategias para el entrenamiento. Se entristece cuando se le
presenta un inconveniente relacionado con su pasión y se alegra sólo con ver
jugar a sus hijos deportivos. Disfruta la música romántica, la pesca deportiva
y ver partidos de fútbol en la televisión… está constantemente actualizándose
para ofrecerles a los miembros de su escuela siempre lo mejor, es en
definitiva, un pedagogo del fútbol
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