martes, 28 de junio de 2016

Personaje: Germán Plaza

Agosto 2013
Germán Plaza Rivera, sastre carupanero ejemplo de perseverancia y tenacidad

“El día que no trabajo, me fastidio”

Entre retazos, telas, pedidos culminados y por culminar, transcurre la vida de uno de los sastres ícono de la comunidad carupanera, quien con 88 años posee una sonrisa que le ilumina el día a cualquiera y unos ojos claros rayados que resulta imposible no contemplarlos para entender de qué color son e impresionarse que con el devenir del tiempo el señor Germán Plaza no necesita anteojos ni para enhebrar una aguja, también cuenta con unas manos prodigiosas que con absoluta precisión le han permitido no abandonar su pasión… su trabajo.
En 1925 nace en Carúpano, Germán Plaza Rivera, cuarto hijo de Gerónimo Plaza y de María Rivera, dice que siempre ha sido muy tímido, tanto que logró salir de primaria a los 15 años, por los ataques de miedo e inseguridad que le producían los exámenes.
Dónde estudió?
-Bueno chica, primero estudié en la casa de la maestra Herminia Guerra, que quedaba en calle Independencia donde está hoy la Panadería La Venezolana, allí estuve hasta los 6 años, era como el kindergarten. Después para estudiar primaria me inscribieron en la Escuela Alejandro Ibarra, a esa escuela le decían la escuela del maestro Agustín García Padilla y quedaba en calle Juncal con calle Miranda donde queda hoy la Prefectura.
Con su diploma de sexto grado, Germán no quiso seguir estudiando, para él la presión de presentar los exámenes era una verdadera tortura, pero recuerda con placer y regocijo que disfrutaba mucho pintar y que lo hacía muy bien.
-Una vez fui a la Botica América y a veces con las medicinas llegaban cosas del extranjero, y encontré un concurso francés que decía: Pinte lo que vea desde su ventana, lo envía por correo a la dirección que decía allí y le devolveremos un obsequio. Y yo me asomé y vi un carrito de raspado, antes le decíamos “esnobol”. Lo pinté nada mas con creyón…eso quedó lindo! Lo mande para Francia y al tiempo me llegó mi obsequio, un libro bellísimo sobre la historia de Napoleón Bonaparte.
Pero Germáncomo todo joven del momento no podía quedarse sin hacer nada, su padre habló con un dentista amigo Pedro Alvarado, para que pusiera al muchacho a aprender y a trabajar, y así fue… “arreglé y saqué muelas”.
Consiente de la necesidad de trabajar, le pone voluntad y ahínco a sus funciones como el auxiliar del dentista, pero no se sentía a gusto.
Tenía como hábito leer las caricaturas, citas y predicciones que venían en los almanaques de las medicinas y un día leyó: Si le gusta echar tijeras, métase a sastre!. Asumió esa frase como el designio de su vida, dejó su labor en la salud bucal y le pidió a su padre que lo enseñara, que él quería ser sastre.
Don Gerónimo Plaza había sido, al igual como lo es hoy, su hijo, un sastre reconocido y con muchos clientes, para él significó mucho que su hijo siguiera su oficio y lo tomara como ejemplo.
Cómo era su padre?
-Papá fue siempre muy amable y compresivo.
Y con sus ojos claros empañados por el recuerdo lleno de nostalgia y admiración por sus padres, Germánno escatimó en poner en sus labios a su madre… “mamá era bella! Muy bella! Era blanca, rosadita, de pelo largo negro…era dulciiiiita”.
La Predilecta, se llamaba la sastrería del maestro Plaza, negocio que logró sacar adelante a su familia, siete hijos y una dulce esposa, y allí junto a su padre, Germán aprendió la técnica para ser uno de sus ayudantes.
Cómo fue la experiencia de tener de jefe a su propio padre?
-Fue muy bien, yo aprendí mucho de él. Papá usaba el corte francés, para confeccionar las prendas y con ese corte me enseñó, pero yo empecé a notar que tenía varias fallas y trataba por mi propia manera de mejorar, pero una vez llegó un viajero italiano llamado Enzo, que nos traía telas y cortes y me dijo: mira Germánte tengo un regalo, un corte de tela para un flux y un libro con el método de corte americano… rapidito me lo leí, estudié los patones y lo puse en práctica, era un método más exacto y las piezas quedaban perfectas.
En 1951, llegó desde Pedernales un señor buscando personal para montar una sastrería en el estado Delta Amacuro, en virtud del auge de la industria petrolera, se fueron los tres ayudantes de don Gerónimo, su hijo, el maestro Gumer y Ramón Mata, llegaron en un vapor costanero, se instalaron y por casi dos años lograron realizar sus creaciones y ahorrar un dinerito para regresar.
Tras el regreso a su tierra natal, Germánse encuentra con dos situaciones determinantes en su vida. La primera, antes de irse a Pedernales, el ayudante de sastre, vivía una historia de amor con una chica hermosa llamada Delia Tang y a quien conoció en el Teatro Rex, él iba todos los días empaltolado, a ver películas mexicanas y argentinas y a encontrarse con la joven que trabajaba en la taquilla, ese amor fue tomando cuerpo y con los ahorros producto de su trabajo, deciden contraer matrimonio. La segunda, correspondiente a la situación política y social, su padre don Gerónimo, era militante del partido Acción Democrática, postura que le costó estar preso varias veces en la época de Pérez Jiménez, cierta vez le tocó compartir celda con un farmaceuta de El Pilar y a quien don Gerónimo le comentó algunos síntomas que le aquejaban. El amigo alarmado por las descripciones, le asoma la posibilidad que sea diabético, diagnostico  confirmado posteriormente por médicos y exámenes pertinentes. El deterioro de la salud de padre generó que Germán quedara a cargo de La Predilecta.
“Tenía muchos clientes, los que heredé de papá y los que hice yo”
Además de administrar La Predilecta, con unos amigos fundan en El Pilar una escuela de oficio, él era el encargado del área de la sastrería, Iginio Fuentes de plomería, Trina de Ordosgoitti en repostería, también había peluquería y la directora de esta iniciativa era la señora Reina de Domínguez.
De la unión de Germán con Delia, nacen cinco hijos; Marínela, German Enrique, Javier, Ismael Alfredo y José Gregorio, según la descripción de su padre, todos son amables, educados y amorosos. El cuarto hijo, Ismael tenía parálisis cerebral y pese a los pronósticos logró vivir hasta la edad de 25 años. Germán al recordar a su hijo, permite de nuevo que su mirada se nuble con lágrimas,… “ya yo no vivía con Delia cuando el murió, y yo no sé si era porque era discapacitado pero yo lo quería demasiado y lo sigo queriendo”. Por los Plaza Tang, Germáncuenta con 8 nietos y 2 bisnietos. Fuera del matrimonio German comparte su cariño de padre con Nancy y Orgal José.
Cómo es como padre?
-Siempre he procurado ser buen padre, atender a mis hijos, y apoyarlos para que estudien.
Que significa ser abuelo y bisabuelo?
-Es divino es una bendición de dios.
Germánhizo toda su vida en Carúpano, continuó el legado de su padre con La Predilecta, sastrería a su mando durante 63 años y los que vienen, entiende que su pasión es su trabajo y su sueño es nunca dejar de estar activo.
-Yo sé que estoy viejo, y ya hay muchas cosas que no puedo hacer, pero por eso mismo, hoy en día trabajo mucho más que cuando era joven, yo creo que si dejo de coser me muero y el día que no abro la sastrería me fastidio.
“He conocido muchas personas que se jubilan, se fastidian y se mueren”
Y Carúpano?
-Yo amo tanto a Carúpano, que nunca me pude ir definitivamente para ningún lado y ya no quiero salir de aquí. Pero Carúpano ha cambiado mucho y para mal, antes era un oasis, el calor es cada día más fuerte. Recuerdo que después de cenar mis padres y nosotros, sus hijos, nos sentábamos en la puerta de la casa hasta tarde a hablar y volteabas la cara hacia la calle y veías aquel poco e´ gente sentados en las puertas de sus casas, eso era bello y ya se perdió.
“Tengo ganas de comenzar a devolver el tiempo, el año que viene en vez de cumplir 89, voy a cumplir 88”

GermánPlaza, digno ejemplo de lucha y tenacidad, disfruta enormemente de un buen bolero y un tango, entiende que la vida hay que vivirla y con su experiencia y gratitud, tomándome de la mano, mirándome con sus ojos claros y ofreciéndome su amistad, pronunció un regalo de vida: “nunca le des más importancia a las cosas que la importancia que le merece”.

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