lunes, 27 de junio de 2016

Personaje: Lina Longart

Diciembre 2012
Lina Longart de Villarroeles la empanadera de la Plaza Santa Rosa y para ella,

Lo mejor de la vida es tener experiencia

La señora Lina, tiene 33 años haciendo empanadas, hoy en día, entiende que su puesto en la Plaza Santa Rosa es una empresa y con ella se cubren todas las necesidades.
Con mucho cariño, una gran sonrisa en sus labios, mirada de madre y abuela y olor a aceite caliente y cazón recién guisado, comienza el encuentro con quien durante 21 años en el mismo sitio y haciendo empanadas, ha sido testigo de la vida de muchos y ha logrado deleitar paladares con su exquisita empanada carupanera.
Los padres de Lina, son oriundos de Caratalito, Laura Mercedes Marcano quien dedicó su vida a ser ama de casa, a criar muchachos y a hacer arepa, cachapa y bollo para vender, actualmente tiene 73 años y también hace empanada a la par de su hija y Pedro Nolasco Longart, ya fallecido era albañil y maestro de obra, hombre trabajador y muy cariñoso.
Laura y Pedro, tuvieron cinco hijos, Damaris Teresa, Lina Mercedes, Nancy Josefina, Pedro Saúl y Alicia del Valle, todos son fieles representantes de los legados de sus padres, el amor y el trabajo.
Lina tuvo una infancia bonita, muy tranquila,…aunque ella dice haber sido avispada, y seguramente curiosa, con muchas ganas de aprender y disposición para hacerlo, disfrutaba horas de su día jugando muñeca, se entretenía tanto con su juego que tenían que regañarla para que lo dejara. De niña y adolescente, Lina compartía su tiempo entre Carúpano y Caratalito, le encantaba en campo y recuerda no haberle visto fin a los sembradíos y a disfrutar del rocio de la mañana.

“Yo viví la historia de la Caperucita Roja, pero en aquel momento no había lobo, mi mamá me mandaba en burro a llevarle la comida a mi abuela, que vivía metida entre la montaña y lo único que se escuchaba era el cantar de los pájaros y de los grillos”

Su escolaridad transcurrió en la escuela rural de Chipi-chipi, en la escuela María Reina de López en San Martin y en el liceo Tavera Acosta, donde llegó hasta tercer año y no continuó estudiando.
Eras buena estudiando?
-Si! Muy buena, me encantaba estudiar, yo tenía muy buena memoria, no sé porque no seguí.Me puse a trabajar en casa de familia y lo dejé, pero a mí me encantaba estudiar. Cuando estaba estudiando, en lo que salía de clases me iba a trabajar con mi mama a vender arepa, bollo y cachapa y eran tan sabrosos que en menos de dos cuadras vendía todo.
Lina supo administrar su tiempo, mientras estudiaba trabajaba en casa de familia, todas las señoras con quien colaboró la apreciaban y consideraban mucho, cuando tenía 14 años vio por primera vez al que, 4 añosdespués, se convertiría en su esposo, padre de sus 6 hijos, y compañero desde hace 37 años, su nombre: Domingo Villarroel.
Cómo fue descubrir el amor en compañía del señor Domingo?
-Fue un amor muy bonito, nos conocimos mirándonos, él vivía cerca de la casa y teníamos que cargar agua, en ese momento nos mirábamos mucho, pero no nos decíamos nada, nos enamoramos con las miradas y todavía, todo nos lo decimos con hechos y no con palabras.
Cuantos hijos tienen?
-Buscando el varón tuvimos 3 hembras, en total son 6, Lina Rosiris, Rosa María, Laura Mercedes, Luis Maddyel, Douglas Lisney y Abimael Josue. El único que no estudió fue Douglas pero esta dedicado a la palabra del señor, los demás toditos estudiaron, Rosa, Laura y Luis son educadores, Lina está en sexto semestre de Medicina en Puerto la Cruz y Abimael también vive allá pero estudia Ingeniería en Petróleo.
Lina cuenta, que no es mujer de escándalo ni de gritos, que cuando se pone “seria” es indiferente, y que con su marido las pocas veces que ha sido necesario la indiferencia le ha funcionado.En dos oportunidades sin mediar explicación se alejó de su pareja y en aquel momento las distancias en Carúpano eran enormes y las calles no tan provisorias. La primera vez se fue a trabajar fija a una casa de familia en El Muco, y el por intuición la encontró, tenían como una especie de comunicación telepática. La vez siguiente fue más drástica agarró sus muchachos y se metió en una casita en la calle Miranda, pasaron 4 meses más o menos y al final…Domingo consiguió a Lina, solamente con la intuición… de su cercana presencia.

“Si le buscas la solución al problema lo agrandas, hay que darle tiempo al tiempo”

Llega a trabajar en la casa de Elinor Solano, ella significó un gran apoyo para Lina y su familia, la señora Solano no teníadescendencia y poco a poco le fue tomando tanto cariño al personaje de hoy, que al morir le dejó un pedazo hermoso de su casa, como una especie de anexo, que posteriormente con la colaboración de los abogados Luis Giuliani y Gustavo Rodríguez, se colocó a su nombre.
Cuánto tiempo pasa trabajando en casa de familia?
-Bueno yo trabajaba primero fija, y después trabajé por día, casi todas las casas donde yo trabajaba estaban cerca de la Plaza Santa Rosa, pase 10 años en eso. Pero mamá y yo no veíamos oportunidad en montar un puesto de comida para vender, hacíamos empanada, pollo frito y tostadas…pero no teníamos puesto fijo, nos poníamos en la Plaza Suniaga, en Carnavales en la avenida, en Semana Santa en la Plaza Santa Rosa, el Día de los Muertos en el Cementerio General y así íbamos.

“Los olores eran tan buenos, que llegaban a todas partes y la gente hacia cola para comprar”

Y fue entonces cuando decidió dejar las casas de familia y dedicarse a la empanada?
-No, un día una muchacha me ofreció trabajar en Propisca y un vecino me acompañó porque también estaba buscando trabajo, había un gentío en la puerta y me escogieron a mí. Me dieron trabajo como limpiadora de atún, pero la única condición que yo puse para quedarme trabajando era que contrataran también a mi vecinito, (risas) y lo dejaron trabajando también. Ya con el trabajo de Propisca no podía seguir ayudando a las señoras en su casa, pero mi turno era desde las 2 de la tarde hasta las 11 de la noche y fue cuando mamá y yo decidimos montar el puesto de empanadas de la Plaza Santa Rosa, ya hace de eso 21 años.
Cómo combinó el trabajo en Propisca con el de la empanada?
-Bueno al principio pase 3 años nada mas con Propisca y los siguientes 3 años si iba para Propisca y atendía el puesto. Tempranito hacia los oficios de la casa, atendía a los muchachos y dejaba todo listo, los mandaba para sus escuelas y montaba el puesto a eso de las 7 o 7:30 de la mañana, vendía empanada hasta que me diera la hora para irme a limpiar atún y en la tarde lo atendía mamá. La empresa cerró y fue cuando decido quedarme en el puesto de empanada y seguimos igual, yo en la mañana y mamá en la tarde, lo que yo haga es mío y lo que ella haga es de ella.

“Como yo trabajaba todo el día, dejaba todo listo y le dejaba el televisor prendido a los muchachos y ya ellos sabían que cuando comenzaba el Himno Nacional, tenían que sentarse a comer”

Hacen las mejores empanadas de Carúpano?
-Así dice la gente, ya tenemos clientes fijos y sabemos lo que les gusta. Pero no todos los clientes son fáciles, pero nosotras a todos los tratamos con cariño, hay clientes que exigen mucho y otros que hasta nos ayudan a vender.
Lina no ha dejado de estudiar, estando trabajando en Propisca realizó cursos de Supervisión y Conservación de Alimentos, se ha capacitado en Ventas y Atención al Público, y hasta durante un año consecutivo participó de una preparación ofrecida por NaturalsSunShine sobre medicina Natural, también conserva su certificado por haber realizado el Discipulado, capacitación propia de la Iglesia Evangélica.
Lina y sus hermanos nacieron en el evangelio, ya que Laura y Pedro, estando en Caratalito pertenecían a esta religión, pero hace 5 años, Lina y su familia, reconocen al señor como único salvador, asisten y participan de todas las actividades que se realizan en la Iglesia Luz del Mundo
Tiene 10 nietos, y ha participado en la crianza de varios de ellos.  Se siente una abuela muy querida y malcriadora y con mucha experiencia para llevarlos por el buen camino.
El puesto de empanada de la Plaza Santa Rosa, con el transcurrir del tiempo se ha convertido en una referencia culinaria obligatoria de Paria, Lina y su madre, la señora que mira bonito y sonríe paz…Laura, están entrenando a otros miembros de la familia para que la tradición de las empanadas no se pierda y la empresa continúe vigente.
Toda su vida, se ha basado en pruebas, y para ella la mejor forma de superar la pruebas en apoyándose en Dios y aprendiendo de las experiencias, asegura que si muchos tuviéramos experiencia no habría necesidad de pasar por los momentos difíciles, pero la experiencia sólo la da el tiempo.

Entre olores y sabores culmina este grato encuentro…impecable en su pensamiento y en su sentir, Lina ha obrado desde la bondad, y humildad… al extender, con sus manos, la masa de las empanadas, le extiende a su nutrida clientela, un trocito de sí misma. Y cuanto sabor tiene su vida!

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