Junio 2013
Pedrito
Salazar, profesor, escritor y ambientalista
En mi vida, he sido plenamente feliz
En
El Muco, viven personas legendarias, capaces de poder dar mucho por todo,
personajes que provoca coleccionar, por sus vivencias, anécdotas y aprendizajes
de vida, el profesor Pedrito Salazar es uno de ellos, dueño de un corazón
inmenso, de una energía inagotable, de una mirada que genera seguridad y una
sonrisa que no se olvida.
A
los trece meses de haber nacido, Pedrito queda huérfano de madre, la señora
Aurora de Salazar fallece producto de una fiebre palúdica, al poco tiempo su
padre Pedro Salazar se va a Maturín sin retorno, en busca de mejores
oportunidades en la industria petrolera… y Pedrito, como le dicen por cariño,
junto con sus tres hermanos mayores quedan bajo el cuidado de la abuela materna
María Clodomira Arias y las tías Araminta y Corina.
Vivían
en calle Güiria y todos los miembros de ese hogar contribuían con sus aptitudes
y talentos para la supervivencia, aunque eran muy pobres, Pedrito sostiene que
no pasaron hambre y el mayor aprendizaje de haber crecido con su familia
materna fue… el amor.
Cómo
recuerda su infancia?
-Bella,
muy hermosa, todos me amaban y protegían, yo era como la mascota de la familia.
Amaba mucho la naturaleza, teniendo muy poco, hacía de cualquier cosa una gran
diversión. Me encantaba ir al matadero, que queda donde está hoy la policía, a
ver como enlazaban a los toros y los sacrificaban.
Cómo
manejo su orfandad?
-Nunca
lo supe, estaba rodeado de tanto amor, que eso nunca fue un problema.
Inicia
sus estudios en la Grupo Escolar República de Haití, pero no logra tan siquiera
culminar el primer grado, porque al casarse la tía Araminta, apodada por él
como “Matía” y quien se entregó en cuerpo y alma a la crianza de su sobrino, se
lo lleva a vivir Quiriquire en el estado Monagas y lo inscribe en el Grupo
Escolar Barquisimeto. Posteriormente Matía, su esposo y Pedrito se mudan para
Anaco y es allí en el Grupo Escolar Simón Bolívar donde culmina su primaria, allí
montan su primera bodega a la que llamaron “Antarajú”, que en lengua india
significa…ante todo nobleza.
Regresa
a Carúpano y cursa hasta tercer año de bachillerato en el Liceo Simón Rodríguez,
retorna a Anaco con Matía, que ya se había divorciado y montan la segunda
bodega a la que llamaron “El Paladín” en honor a Simón Bolívar; en la que
trabajaba de día y de noche estudiaba hasta lograr ser bachiller en ciencias en
el Liceo Santos Luzardo.
“Algunos huérfanos estamos destinados a
viajar mucho”
-Cuando
nos graduamos de bachiller, uno de mis amigos tenía un carro viejo y allí nos
montamos todos apretujados y nos pusimos a pasear por el pueblo gritando … a la bim a la bam, a la bim bum, bam,
bachilleres bachilleres Ra! Ra! Ra!...en ese momento pasamos cerca de la
policía y ellos escucharon que nosotros le estábamos diciendo Policías peorros!, eso fue motivo
suficiente para que nos detuvieran. Pero al rato explotó una bomba en el
gaseoducto y nos culparon a nosotros, nos trasladaron a la comandancia de
Barcelona y después de una semana se dieron cuenta que no teníamos nada que ver
con eso, nos soltaron.
Y
usted logra entrar a la universidad?
-Si
claro, un señor llamado Krow Ivanoff que proveía a El Paladín de pescado
salado, tenía un ranchito en la Laguna de los Patos en Cumaná y me lo prestó
junto con cuatro compañeros más para que estudiáramos en la Universidad de
Oriente. En esa laguna aprendí a manejar la jaiba, la tilapia mozambique… tenía
mi propia nasa y eso comí muchísimas veces. Antes de graduarme de administrador
trabajé en tres liceos públicos dando clases de matemáticas.
Viviendo
en Cumaná, Pedro concibe su primer hijo Miguel, y aun sin su título de
licenciado, se cruza en su camino su novia eterna, Azucena Figuera, dice
haberle gustado todo de ella. Pero segura estoy, que su mirada clara y su
particular dulzura, fueron ingredientes importantes para dar pie a tan genuino
amor. Hoy cuentan con 42 años de matrimonio, tres hijos y diez nietos.
Pedrito
y Azucena sin perder tiempo comienzan a formar su familia, pero por cuestión de
oportunidades laborales él tiene que trasladarse al estado Bolívar y dejar a su
recién formada familia en Cumaná, esa situación no era óptima y un buen día,
escuchó que estaban por abrir el Colegio Universitario de Carúpano.
Y se
vino a Carúpano?
-Yo quería
vivir en Carúpano, en mi tierra y me enteré que el profesor que iba a dar
estadística no quería venirse para acá. Pues yo me fui hasta donde me dijeron
que estaba el director desayunando y me le presenté y le dije que yo era recién
graduado pero que había dado clases…y que yo tenía ganas de trabajar por mi
pueblo, y me dijo… estas contratado y al día siguiente, recuerdo la fecha con exactitud
el 16 de noviembre de 1974… comencé a trabajar como profesor universitario.
Pedrito
Salazar, en su experiencia como docente descubrió que más que las tesis que
pudiera enseñar… el amor por sus alumnos lo alimentaba lo suficiente para poder
transmitir cualquier tópico, eso le dio un éxito tremendo en la enseñanza de
los números y en su abstracción. Tanto así, que llegó a ser junto con el
profesor Juan María Millet, padrino de la primera promoción del otrora Colegio
Universitario de Carúpano.
Que
significa para usted, la institución que es hoy la Universidad Politécnica
Territorial de Paria Luis Mariano Rivera?
-Todo
en mi vida, trabajé con lo que más amaba, mi mujer, mis hijos, mis alumnos, mis
compañeros de trabajo y la institución como un todo, son mis grandes tesoros y
lucharé por ella toda mi vida.
“Si tuviera que volver a dar mi vida por
la universidad, lo haría con gusto. Y siempre el saldo sería rojo, en el
sentido que la deuda que tengo para con la universidad es mucho más grande que
todo lo que di”
Pero
usted, también escribe cuentos, sobre que escribe?
-Escribo
sobre todo, pero siempre basado en principios y valores, sobre todo al rey… el
amor, he escrito más de 100 cuentos, muchos los he publicado y otros solo los
cuento.
Pedrito
Salazar es devoto de la naturaleza y su generosidad para con la humanidad,
disfruta del viento, del trinar de las aves, de los distintos tonos de verdes y
de la variedad de texturas, olores y sabores que solo ofrece el mundo natural,
pero esta pasión surge de “un recuerdo triste de lo que no debía ser”… cuando
era testigo del sacrificio del ganado en el matadero.
-Una
vez, vi a Luis Mariano Rivera (en ese momento no lo conocía), guindar un racimo
de banana a los pájaros y ese evento también marcó mi inclinación hacia la
naturaleza y la ecología.
El
profesor manifiesta con preocupación el hecho que muchas personas sostienen que
antes Carúpano era mejor, considera que eso así solo para una élite muy
pequeña, los que disfrutaban del cable submarino, de los beneficios
empresariales, pero para el “carupanero de barro”, era un momento sumamente
duro y precario…. “es interesante delimitar para qué y para quien era mejor”.
Que
significa Carúpano para usted?
-Es
el pueblo más bello del mundo. Una vez le dije a mis alumnos que Cumaná era la
sucursal del cielo y ellos impresionados me preguntaban… que si Cumaná era la sucursal
del cielo…que era Carúpano y yo les dije: Carúpano es el cielo.
“Lo disfruto todo, hay que buscarle el
lado dulce y bueno a cualquier situación por más amarga que sea”
Su
familia es un valioso tesoro, que cuando se detiene en cada uno, hay silencios,
miradas brillantes, medias sonrisas y el deleite de recrear el recuerdo. Sus
hijos ocupan una función indispensable en su vida, su hijo mayor Miguel,
siempre fue un niño bueno y lleno de mucha confianza, tímido, inteligente y muy
leal. Gilberto, excelente profesional de la mecánica, de carácter fuerte, recto
e inigualable padre; a Alfredo lo define como un pozo de miel, donde cualquiera
puede beber con toda confianza, con mucho patriotismo y una personalidad atrayente
y Azucena, su última hija es dulce, es un oasis en un desierto, sumamente
profunda y muy amorosa.
Y su
esposa Azucena?
-Ella
es mi gran amor, si tuviera la oportunidad de volver a escoger un gran amor, la
volvería a escoger a ella.
La
señora Azucena, estuvo presente durante toda la entrevista, apoyando y acotando
datos a la historia de su amor, pero al realizar esta pregunta, la picardía se
apoderó de los novios eternos, se dieron un beso sublime y ella afirmó sin
dudar…. Y yo también.
“Ser abuelo es un renacer, es volver a
ser padre y a la vez es volver a ser hijo… es como ser la fruta madura que solo
espera ser consumida por su prole, en términos de sentimientos, amor, imitación
y si eso pasare entonces el propósito de los abuelos estaría plenamente
consumado”
Que
significó la partida definitiva de Matía y Corina?
-Ellas
se fueron yendo lentamente, tan lento que cuando se fueron no me sentí solo, ni
las sentí ausentes y ahora las dos están dentro de mí y Azucena.
Su
gran aprendizaje de vida, fue el amor como rey de los principios y valores…Pedrito
Salazar es capaz de trasmitir su amor por la vida tan solo con una mirada y un
gesto, su afán constante por obrar bien, se refleja con un saldo maravilloso,
una familia excepcional, una trayectoria impecable y es una referencia obligada
de lucha, esfuerzo y libertad.