José “Bibí” Lárez, luchador sindical y concejal del
municipio Bermúdez
“Siempre
me consideré un luchador social y un hombre de izquierda”
La entrevista a José “Bibí”, apodado así por su hermano
menor, ya que se le complicaba llamarlo como lo hacían sus padres… José
Brígido, se dio en su casa, un hogar precioso, hecho para recibir a la familia
y para que allí se queden un buen tiempo, su esposa Martha siempre estuvo presente
y a medida que iba pasando el tiempo, sus hijos y nietos se incorporaron,
terminó siendo una gran entrevista familiar.
José “Bibí” Lárez, nació en la comunidad de Macarapana en
1932, es el penúltimo hijo de Tomás Lárez Gil y Catalina Cabrera. Su madre
dedicada al hogar, a su marido y a la crianza de sus seis hijos y su padre fue
productor de hortalizas. Al tiempo la familia decide mudarse para Carúpano y
adquieren un terreno en Curacho, tierra fértil y amable que les permite
continuar con la producción de hortalizas y convertirse en uno de los
surtidores más importantes del Mercado de Carúpano, cuando estaba ubicado
frente al Liceo Simón Rodríguez.
José “Bibí”, logró estudiar hasta tercer grado y de joven
realizó varios cursos de mecanografía, hasta que a los 16 años decide dedicarse
junto con su padre a la producción agrícola, y tan solo un año después se
compra una camioneta Pick Up que le servía como medio de distribución desde el
terreno hasta el mercado.
El esfuerzo, perseverancia y constancia en el trabajo
permitieron que abriera una refresquería, pero ya en el actual Mercado
Municipal, este local ya tiene 20 años desde que se adquirió y actualmente lo
atiende un hijo de José “Bibí”.
Con la caída de Pérez Jiménez, queda en el Puerto de
Carúpano un cargo vacante, que fuera desempeñado por un señor andino que decide
regresar a tu tierra y un cuñado de José “Bibí”, le cuenta la situación y lo
motiva a que se postule para el cargo y así lo hizo. En 1958 ingresa como
empleado del Puerto de Carúpano con el cargo de Chequeador, cuya
responsabilidad era fiscalizar la mercancía tanto para exportación como para
importación.
-A mí me gustaba mucho mi trabajo, pero más me gustaba la
actividad social, ya para ese momento en el Puerto de Carúpano había un
sindicato constituido y yo quería pertenecer al él, pero no podía porque yo era
contratado. Un día alguien que había visto mi interés por la lucha social, me
dijo que hablara con el Gerente del Puerto y le explicara lo que yo quería. Y
pasé a ser obrero con el cargo de Choconero y así logré inscribirme en el
Sindicato de Obreros del Servicio Portuario (OSP).
La función de un sindicato se orienta hacia el desarrollo de
la comunidad, lo que implica la defensa de principios tales como igualdad
social, respeto a la libertad, búsqueda de mejores niveles de vida y práctica
democrática efectiva en los rumbos de una nueva cultura laboral.
-Me delegaron para la discusión del Contrato Colectivo en
Caracas con el instituto Nacional de Puertos, eso fue bien interesante porque
logramos buenas reivindicaciones para los trabajadores, se logró para ese
momento que hicieran un dispensario de salud, con médico y ambulancia y el
servicio médico especializados para los empleados.
Por su actuación sindical y su lucha gremial, José “Bibí”
se interesa por la política y en 1967 participó como fundador en la creación
del Partido Socialista de Venezuela el Movimiento Electoral del Pueblo liderado
por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa y Paz Galarraga.
Los valores fundamentales del MEP, son la: liberación nacional, que
para a través del partido político se contribuya a erradicar la explotación
imperialista y oligárquica y la democracia
socialista, como la base de la superación de las contradicciones y
diferencias de clases naciones y para el desarrollo integral de la personalidad
humana.
Y logró desempeñarse en el MEP con algún cargo de
importancia?
-Si, primero en la Secretaria Sindical de la seccional
Carúpano-Paria y después en la Secretaría General de la misma seccional.
“Siempre
me consideré un luchador social y un hombre de izquierda”
Su desempeño político y su capacidad para obrar en
función de los más desposeídos, se ve prontamente recompensado al ser elegido
Concejal del Municipio Bermúdez, recuerda con gran orgullo haber compartido y
debatido ideas con el ya fallecido doctor César Marín Mata, Juan Márquez
Albornoz y hasta con Humberto Angrisano.
Para José “Bibí” la política tiene polos contrastante,
por un lado la satisfacción que da el
haber luchado por la clase más desposeída y por el otro haber vivido la
decepción de sentir que a través de ella se comercializa y se logra poner por
encima de cualquier cosa los intereses personales.
Asunto que hizo que José “Bibí”, se separe de la política
y sostiene que el MEP, ha caído en manos de personas que de revolucionarios y
socialistas no tienen nada.
“Yo sí
creo en la democracia socialista”
Actualmente, José “Bibí” se juramentó como Concejal
Suplente de Luis Bello. Aunque dice que pocas veces es llamado para ejercer su
función como suplente, enseña y conserva con orgullo su credencial, que
evidencia que aun a los 81 años sigue luchando por lo que cree.
Una
eterna historia de amor
José “Bibí” es el protagonista junto con doña Martha Viña
de una historia de amor exclusiva, genuina y digna de ser tomada como ejemplo
para muchos que dudan de la existencia del amor verdadero y para siempre.
Cuenta la historia que sus protagonistas recuerdan, que
José “Bibí” había montado una bodega en Curacho, y un buen día una muchacha muy
bella llamada Martha, llegó a la bodega vendiendo una dupleta de una bicicleta
que era de su padre y que a su familia no le interesaba conservar.
Y José “Bibí” no escatimó en decir: “Claro que me voy a
meter a la dupleta que si no me saco la bicicleta, me saco a la que la está vendiendo”.
Y esas palabras fueron suficientes para que se diera inicio
a unos amores preciosos que todavía se mantienen después de 58 años de feliz
matrimonio.
“Inmediatamente,
rapidito hablé con sus tíos, me recibieron con mucho cariño y legalizamos los
amores”
En amor entre José “Bibí” y Martha se cristalizó con una
bella familia, tienen siete hijos, cuatro varones y tres hembras. Y hablar de
cada uno de ellos hace que se le nublen los ojos de orgullo y que sus palabras
de amor sean realmente pocas. Es en definitiva una familia donde el amor se
siente hasta en las paredes. El respeto y la honestidad y el valor al estudio
son los pilares fundamentales en los que se funda esta numerosa, alegre y unida
familia.
Es imposible no dedicar unas líneas a cada fruto de este
amor, aunque todos tienen en común la bondad: José Antonio, es según sus
padres…clase aparte, sano y tranquilo. Oswaldo, se caracteriza por su buen
humor y siempre fue la mano derecha de su padre. Freddy es muy serio y de
carácter fuerte. Martha, amable y simpática. María de los Ángeles, es de
carácter fuerte y muy buena gente, Rosa es cariñosa, familiar y amable y su
morocho, Jesús Enrique es muy simpático y alegre.
Miguel y Nairobi, son sobrinos de Martha y por cuestiones
de la vida, el vínculo con sus tíos ha sido muy estrecho, prácticamente según
José “Bibí” se criaron en la casa y como si fueran nuestros hijos, nosotros los
queremos muchísimo.
Todos sus hijos han salido para adelante, son
profesionales, trabajadores y felices…labor que como padres José “Bibí” y
Martha, sienten la satisfacción de haberlos criado bien y seguir contando con
todos como si fueran uno solo.
José “Bibí” tiene 11 nietos y 3 bisnietos y dice que ser
abuelo es como ser padre de nuevo. “Soy muy consentidor y ellos también me consienten
a mi”
Que significa doña Martha para usted?
-Ella es mi compañera de toda la vida, siempre nos
entendimos bien.
“El
amor para toda la vida hay que practicarlo”
José “Bibí” aún conserva parte del terreno de Curacho y
casi todos los días va a ver las matas, a hablar con sus sobrinos a quienes
adora y a distraerse por allá, aunque su mayor placer es ver a su familia y
sentir el amor de ellos, confiesa que le gusta mucho la música venezolana.
El amor a su familia, el valor a la honestidad y la
lucha, hacen de José “Bibí” un hombre íntegro, un ser que ofrece confianza, que
a través de sus ojos se le ve la satisfacción de obrar bien y con su risa, la
alegría y tranquilidad que solo siente aquel que no ha desviado su camino en la
vida.
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