jueves, 8 de septiembre de 2016

Personaje: Ricardo Mata

Septiembre 2013
Para Ricardo Mata, Cronista del Municipio Bermúdez

“La experiencia debe volverse sonrisa.”

Antonio Marcano, quien fuera en la época de Pérez Jiménez, Prefecto de El Pilar y Domitila Dominga Mata, dedicada a los oficios del hogar, tuvieron nueve hijos, el quinto fue Ricardo. La señora Domitila, siempre consideró que era mejor criar a sus hijos en un lugar más urbanizado que donde nacieron, El Pilar. Y estando Ricardo de meses se vienen a vivir a Carúpano y se instalan en la casa de la familia Mata en calle San Félix. Esta decisión trajo como consecuencia que el señor Antonio, voluntariamente se quedará atendiendo la hacienda familiar en el municipio Benítez, y el contacto de Ricardo con su padre, fue mermando paulatinamente, conserva pocos recuerdos, mas sin embargo considera que su fallecimiento significó una gran pérdida, valorando que sólo tenía nueve años.
Dice que era como todos los niños orientales, curioso inquieto y tremendo. Evoca con picardía cuando con el barro de la calle San Félix, que aun no la habían asfaltado, hacía junto con sus hermanos y amigos peloticas de tierra y las pegaba de las paredes de las casas vecinas.
Al quedar viuda la señora Domitila, se vio en la necesidad de buscar recursos económicos y es cuando en la puerta de su casa monta un puesto de empanadas y hacía arepas por encargo para los restaurantes Choguí y Bostón, sus hijos la ayudaban con la realización, venta y distribución. Su madre siempre tuvo presente una meta, quería que todos sus hijos estudiaran y así lo logró, hoy en día todos son profesionales, mérito que la llena de orgullo y alegría.
Ricardo estudió en la Escuela República de Haití, en la Escuela Artesanal de Carúpano y hasta tercer año en el turno nocturno del Liceo Tavera Acosta, tenía que ser así, puesto que de día trabajaba con su madre y era ayudante de zapatero, hasta que un día le dijo a la señora Domitila, muy convencido del asunto, que necesitaba y quería estudiar de día, porque él sentía que servía para eso. Al recordar esta anécdota su sonrisa se ilumina de nostalgia y risas, era toda una osadía y a la vez una tremendura. Y Ricardo se gradúa en bachiller en humanidades del turno diurno en el Liceo Simón Rodríguez.
Durante su escolaridad, se caracterizó por ser muy buen estudiante, condición que lo ayudó a entrar en la escuela de derecho de la Universidad Central de Venezuela, tal como lo había soñado desde niño. Decidió cursar en la misma casa de estudios también la carrera de Bibliotecología, motivado a seguir el ejemplo de dos amigos carupaneros Carlos Julio Tavera y Luis Alberto Giulliani, que realizaban estudios paralelos, derecho en la UCV y Educación mención Historia en el Pedagógico de Caracas.
Pero logró culminar las dos carreras?
-No, ninguna. Cuando estaba en el primer semestre, ayudé a una señora a cruzar la calle y al momento de agradecerme me dijo que yo me parecía mucho a su hijo que vivía en la Rusia, y a mí me llamó mucho la atención y le pregunte que cómo hacia para llegar hasta allá y me indicó la dirección de la Casa de la Amistad Ruso-Venezolana.
Ricardo se postula como aspirante a realizar estudios universitarios en Rusia y sale seleccionado entre, los 27 afortunados de 105 aspirantes, de nuevo recalca que sus calificaciones de bachillerato lo ayudaron mucho.
Qué dijo la señora Domitila de la idea de irse tan lejos?
-Cuando me enteré que salí seleccionado, me vine inmediatamente a Carúpano y le conté y me dijo: de verdad quieres irte? Si, le respondí. Y no hay nada que te lo pueda impedir? No, nada… y me dijo: anda, no quiero que mañana en caso de fracasar digas que yo te tronché tus estudios. Y esa frase marcó mi vida para siempre…no me permití fracasar en mis estudios. Me fui a Rusia con permiso de mamá pero sin la venia de mis hermanos, ellos no estaban de acuerdo.
En 1983, Ricardo Mata se gradúa en la Escuela de Ciencias Históricas en la Universidad Estatal de Veronezh, en Rusia con el título de Master Off Arts History Science. Permanece 6 años en ese país, y durante su estadía conoce a Svieta, una joven rusa, de quien se enamora y con quien contrae matrimonio casi inmediatamente después de graduarse. Expresa, que a ella le debe su carrera, por su gran apoyo y compañía.
Ricardo regresa a Venezuela y deja a su esposa embarazada, en Rusia, por medio de cartas manuscritas se comunicaban y se profesaban amor, hasta que se enteró por esa misma vía que su hija había muerto al nacer y su amada Svieta pocos días después de haber parido. Siente que ahora el gran reto que le pone la vida es regresar a Rusia y visitar la morada de estas dos damas que marcaron su vida y que le es imposible olvidar.
“La partida de las dos, significó mucho para mí, pero lejos de deprimirme fue como un impulso para seguir haciendo las cosas bien”
Cómo se inserta en el campo laboral?
-Bueno, Luis Adonis Romero, que en ese momento era el jefe del Departamento de Antropología de la Dirección de Cultura del Estado Sucre, me ofrece el cargo de antropólogo I y allí llego hasta el tercer escalafón, también fui jefe del Departamento de Antropología del Ateneo de Carúpano, institución que me brindó un gran apoyo al igual la señora Rosa de Bethermyt. También colaboré en la creación de la Asociación de Cronistas del estado Sucre, en el Museo Histórico de Carúpano, soy presidente de la Academia de la Historia capitulo Paria y desde el 2007 me nombran Cronista del Municipio Bermúdez.
Desde hace 17 años se despeña como docente de Historia de la Cultura en la Universidad de Oriente, es doctor en Ciencias Sociales, forma parte de los investigadores del Instituto de Estudios Étnicos y Tradicionales de Paria, ha organizado coloquios y jornadas de historia. Nunca se ha desvinculado de su gran pasión… el conocimiento y la historia
Durante todo su desarrollo profesional, Ricardo se une con una carupanera, con quien tiene tres hijos, a quienes ama y les dedica su vida, junto a su historia y sus libros.
Ricardo, su hijo mayor, es actor, adora el teatro y posee una alegría que lo caracteriza. A Rosalys Svieta, la define como una mujer seria, muy curiosa y con un carácter especial, tiene un noble corazón y su gran valor es la persistencia. Andreina, al igual que su hijo mayor, es muy alegre, se ríe mucho… “si risa trona en las montañas abrigan Carúpano.”
“Mis hijos son todo para mi, todo en mi vida, mi vida gira en torno a ellos”
Ricardo Mata, disfruta mucho estar en su casa y leyendo en una hamaca. Admira la poesía y la posición ante la vida de Pablo Neruda. Invierte tiempo reflexionando sobre la obra del libertador. Prefiere la salsa como género musical pero se deleita recordando con los Beatles y los Bee Gees y producto de toda su inquietud, escribe poesía y cuentos infantiles.
“La experiencia enaltece al ser humano, la vida es un tamiz, que depura y filtra, y la única forma de ser humilde, condición que aplaudo fuertemente, es acumulando vivencias.”
Ricardo, para sentirse vivo, trajina las calles para percibir la diversidad, trajina la lectura para volver a la experiencia. Y usa esa experiencia de la página trajinada y del libro leído para nutrirse siempre, hasta de él mismo. “La experiencia debe volverse sonrisa.”
-A Carúpano le debo todo, y muy a pesar de lo que me ha tocado vivir, sigo creyendo en Carúpano. Los sueños son esperanzas, sueño con seguir predicando la bondad, todos los días, aceptando al otro y erradicando el odio. La vida es una constante lucha y esa esperanza es el sueño de ver a Carúpano ser una tierra feliz, donde quepan todos. En el siglo XIX se decía que Carúpano era una tacita de oro, por cómo se veía en la noche desde el mar… todo alumbrado. Así sueño que sea de nuevo.
El cronista, ve con preocupación la pérdida de la identidad carupanera, afirma que no se ha sabido valorar la ciudad, ha habido muchas injusticias, destruyendo siempre lo construido. Y que al no haber sentido de pertenecía no puede haber identidad, es necesario que exista un proyecto de ciudad visualizado de cerquita. El carupanero tiene que querer más a su tierra, a su gente, a su historia; durante mucho tiempo este gentilicio no solo en el territorio nacional sino en el mundo entero, fue una referencia de progreso.

Con su mirada clara y su particular cortesía, Ricardo se nos presenta como un hombre libre, sin grandes apegos, donde el silencio es parte de su lenguaje y la importancia histórica, parte de su ser. En un personaje sentimental, que con el trajín de la vida ha aprendido a ser profundamente bueno, sencillo y agradecido.

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